Antonia Avellano.
Novelista-Escritora infantil y Poeta
EL BAOBAB COMO ESPECIE Y COMO LEYENDA: Dentro de ese reino vegetal que todos conocemos, y en cuanto a árboles se refiere, decir que uno de los árboles más bellos y a los que los dioses le insuflaron cierta potestad fue el Baobab. Ese árbol tan maravilloso y tan diferente a los demás, que podemos encontrar en las sabanas africanas y que los nativos veneran. Ese árbol del género Adansonia, porque no iba a ser menos el baobab en pertenecer a esos nombres raros de especies vegetales, que se volvió prepotente una vez le fue concedido el beneplácito de los dioses de crecer sin límites y de que brotarán de sus ramas flores y hojas espectaculares tipo palma, entre las que se alojaba su corazón de ser vivo. Y dentro de su raciocinio vegetal que los humanos no entendemos, ni aún los más expertos en botánica y siguiendo los privilegios concedidos y los dictados de su sistema reticular, decidió crecer y crecer sin límite, para intentar abarcar el mundo de estos entre nubes y liras, con sus ramas, y en castigo, da la impresión cuando lo observamos de que se trata de un árbol invertido y de que las raíces que deberían abarcar lo terrestre son las que se sitúan en la parte superior. Algunas leyendas dicen que terminaron plantándolo al revés. Aun así es el árbol venerado por los africanos. Bajo sus pies se entierran muertos, se besan los enamorados y se juran amor eterno. Dicen que quien está alguna vez al lado de un baobab siempre vuelve a ese lugar.

Los baobabs engendrarán vida y riqueza. Es la esperanza de África….

CONTENIDO Y CONTINENTE: Si hablamos de continente a todos se nos viene a la cabeza África, pero no nos paramos a pensar que ese vocablo alberga algo más, la capacidad de contener, de albergar un contenido y el baobab alberga oro líquido para muchos de los habitantes africanos, y ese oro líquido es el agua. Agua, porque hay zonas de África en donde llueve muy poco y los troncos de los baobab perforados sabiamente actúan como auténticos continentes o contenedores para albergar ese agua caída en forma de lluvia, tan necesaria, a la que se le da salida en época de sequía. De ahí lo del árbol de la vida para el pueblo africano.

Nana Africana:

Una mulata se quedó dormida

a los pies de un baobab,

cuando una voz la vino al despertar.

Se dio cuenta de que la voz venía

de dentro de su cuerpo y le dijo a su marido:

este niño deberíamos de tenerlo

para que vaya a la escuela con los niños buenos.

Nala (protagonista secundario de la novela “Como agua de lluvia sobre el baobab)

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