Antonia Avellano

Escritora Infantil, poeta y Novelista

En lo que llevamos del siglo XXI han seguido extendiéndose una serie de términos raros en nuestra jerga cotidiana, en cuanto al término aficionado o profesional se refiere. Y, en vista del ritmo frenético en el que está inmersa nuestra sociedad actual, también una limitación importante de tiempo para algunos, en cuanto a practicar esos llamados hobbys palabra que ya la llevamos en la piel, o para el entendimiento de todos, aficiones, pero en vocablo adquirido de la voz inglesa, como sándwich o burguer. Muchas de las personas a las que se les ha preguntado a lo largo de estas décadas lo ha achacado efectivamente a falta de tiempo, aunque otras digan que siguen dedicándole unas dos horas a sus actividades o hobbys favoritos, entre ellos la lectura ¿Falta de tiempo, para los demás, cuando el día tiene 24 horas para todos y los trabajos y algunas obligaciones y responsabilidades, que no aficiones en común de unos con otros tienen las mismas horas? ¿ o es que dedicamos demasiado tiempo a procrastinar y a las redes sociales, invirtiendo en ello gran parte de nuestro tiempo de ocio? porque el ser usuario de estas, para algunos maravillas de la actualidad no es un hobby ¿o lo es? ¿el sillón sin libro, punto o ganchillo de por medio….es un elemento para desarrollar el hobby?


Antes se hablaba de ser aficionado al fútbol, a la lectura, a los viajes, a la caza y a la pesca, e incluso a coleccionar cromos, sellos, monedas o tapones de La Casera, una gaseosa estupenda de las que ya pintan réplicas, e incluso algún Picasso, quien se lo pudiera permitir, o un instrumento musical antiguo por afición. Ahora lo hacemos por hobby y le añadimos, si es preciso, las redes sociales, que tienen sus cosas extraordinarias y se interactúa posiblemente desde el sillón o la cama. Pero si, como digo tienen sus cosas extraordinarias,sobre todo si se utilizan de forma profesional, de forma inteligente o ambas cosas. No quitar mérito a esa afición, hobby o profesión desde la silla o sillón más o menos confortable de un escritor o escritora, lector o lectora, ni a las redes sociales siendo hobbys o no, de manos de expertos serios, entre ellas en las que se dan consejos para no morir en los intentos de lo que sea o se recomiendan libros, desde el entendimiento o de forma profesional.

Y…si antes tenías + de una afición eras un aventajado, porque te lo podías permitir y un experto, si para colmo dominabas esas aficiones. Hoy tal vez hablaríamos de polímatas, cuando dominamos más cosas o aficiones al mismo tiempo, dicho así por embellecer nuestra lengua que para eso incluyó la palabreja la RAE en el 27, y nada menos con antecedentes franceses, aunque seguro que algo se hablaría de ella en términos y latinos y griegos, como lenguas madres y por intentar ponerle una tirita a las palabras más cotidianas, que si son correctas están bien sin adornos. Hoy en día, rozando el colmo de los colmos, si además de tener tu trabajo habitual haces de tu hobbie una segunda actividad económica por tu cuenta, o incluso una primaria, te llamarán emprendedor o eso de hobbypreneur, y si lo proclamas contando las bondades de dedicarte a eso y encima con seguidores en redes, influencer, aunque los haya sin profesión, pero si con lo demás, porque entre términos raros y adquiridos anda el juego.

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